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Energía para reflexionar

En febrero pasado, un apagón sin precedentes ocasionó que prácticamente toda la población chilena permaneciera a oscuras durante largas horas. Sin embargo, ahora experimentamos un hito de similares características a nivel mundial, me refiero a una nueva edición de la Hora del Planeta, iniciativa impulsada por el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF), que busca inspirar a personas, empresas y entidades gubernamentales a comprometerse con la protección del medioambiente y los habitantes de este ecosistema, promoviendo la acción voluntaria de apagar las luces por una hora para concientizar y contribuir hacia un futuro más sostenible para todos.

La importancia de esta acción radica no solo en la capacidad de sus organizadores para movilizar a millones de personas en casi 200 países, sino que en la posibilidad de actuar como promotores de un ejercicio cuyo impacto está directamente asociado con la necesidad de generar transformaciones para abordar problemáticas de interés global, como es el caso del cambio climático y sus respectivas consecuencias en el entorno. Un ámbito en el que el uso de energía renovable con fuentes limpias puede aportar significativamente, siendo una solución efectiva para dichos desafíos.

De acuerdo con la ONU, la energía es la base del problema del cambio climático, pero también un eje fundamental para solucionarlo. Esto se debe a que, por una parte, la existencia de fuentes de energías renovables en todo el planeta permite el desarrollo de instalaciones capaces de proveer de este recurso a la población en todas partes. Asimismo, los avances de la tecnología han hecho que el costo de su implementación disminuya con rapidez, lo que la convierte en una alternativa cada vez más asequible. Además, las energías renovables no solo aportan a la reducción de nuestra huella ambiental, sino que también permiten evitar la contaminación del aire y mejorar las condiciones de habitabilidad tanto para esta como para las futuras generaciones.

Debido a lo anterior, resulta esencial establecer un cambio de paradigma que permita mantener un equilibrio entre nuestras necesidades diarias y la urgencia de generar transformaciones sostenibles en favor del bienestar conjunto. En ese sentido, si bien la responsabilidad individual es clave para el cuidado del entorno, el trabajo de organizaciones como el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF) continúa siendo de importancia especialmente debido a su aporte en la concientización, movilización, y generación de espacios de reflexión en torno a temas relevantes para la sociedad.

Por su parte, las empresas tienen un rol protagónico en la concreción de estos cambios al tener la posibilidad de escoger proveedores de energías renovables que favorezcan el desarrollo de operaciones menos dañinas, pero también sentando un ejemplo para que otras organizaciones puedan dar el siguiente paso, hoy.

Rodrigo Moya
Gerente general de IMELSA ENERGÍA