Es imposible negar que tanto el gobierno como privados están enfocando su modelo negocio en la agenda 2030, para cumplir con los grandes cuatro ejes que contempla. Uno de ellos que se lleva gran parte de la atención es el que busca hacer frente al cambio climático, resguardando la diversidad biológica, recursos naturales y la promoción de innovación. Las nuevas fuentes de energía que se están generando actualmente en el país; son un punto a favor.
Históricamente, Chile ha tenido que recurrir a la importación de combustibles. Sin embargo, con la descarbonización y emergente mercado de energías limpias, se ha sabido aprovechar los diferentes recursos que el país nos entrega. Hoy, uno de los temas más en boga es el potenciamiento hidrógeno verde (H2V), pues con el desierto en el norte que tiene la radiación solar más alta del planeta y vientos fuertes y constantes en el sur, hacen que Chile cuente, según el Ministerio de Energía, con el potencial de energía renovable para construir 70 veces la capacidad de generación eléctrica que hoy produce.
De acuerdo a información entregada en CIPER por expertos en la temática: “El H2V, producido a partir de fuentes renovables como la energía solar, la eólica, la geotermia, entre otras— se ha convertido en una de las alternativas energéticas más prometedoras para lograr los objetivos climáticos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del acuerdo de París (IRENA, 2021). Su potencial para desfosilizar el sistema energético —y otras actividades económicas— se apoya principalmente en tres aspectos clave: (i) puede ser producido sin emitir gases de efecto invernadero ni contaminantes; (ii) su producción puede sostenerse mientras se disponga de fuentes de energía renovable, y (iii) puede ser utilizado en todos los sectores que consumen energía y, como materia prima, en diversas industrias como refinerías, la alimentaria, la agrícola, del vidrio, de los metales, entre otras”.
Por otro lado, se agrega que “Chile ha sido identificado como uno de los países donde se puede producir el H2V más económico del mundo, debido al costo nivelado de su producción basada en energía solar fotovoltaica y eólica en los sitios con mayor potencial de este tipo de energía, como son Atacama y Patagonia, respectivamente (Fasihi & Breyer, 2020; McKinsey & Company, 2020)”.
BENEFICIO PARA TODOS
De acuerdo con la Estrategia Nacional de H2V del Ministerio de Energía en 2020, está proyectado utilizar esta alternativa de fuente de energía para activar aplicaciones domésticas y desarrollar la exportación, por lo tanto, no sólo empresas industriales podrán beneficiarse de su uso, si no que más bien se convierte en una cadena de beneficios.
“Nosotros sabemos que el gran desafío a nivel nacional es concretar estas oportunidades y promover el uso de energías renovables. Es por esto que desde hace años que venimos trabajando en potenciar en nuestros clientes la transición de una fuente de energía carbonizada a una verde y por lo mismo, hoy es relevante para nosotros explicar y ayudar a entender cómo el hidrógeno verde será parte del negocio de todas las compañías a futuro”, comenta Jocelyn Ann Black, gerenta de clientes de IMELSA ENERGÍA.
Y agrega: “Hay temáticas que van avanzando y es prácticamente imposible quedarse fuera de ellas. El hidrógeno verde es una nueva alternativa, sobre todo, si nos damos cuenta de que esto llegará a nivel doméstico y será una opción cotidiana para todos los chilenos que demandan de nuevos productos para el funcionamiento de su vida. Por eso hoy estamos involucrados, analizando, desarrollando e innovando en modelos y tecnologías para impulsar el hidrógeno verde en Chile”.
El Plan de Retiro del Carbón del Gobierno de Chile es uno de los ejes estratégicos para combatir el cambio climático a nivel país y conforma parte del programa al mediano plazo para lograr la carbono neutralidad.